Un Día en la Vida de Azalea: Mi Verano en Florencia





¡Hola a todos! Celia me ha prestado el blog de nuevo para contaros un poco más sobre mi verano ideal en Florencia. Después de todo lo que he vivido en Madrid, entre los estudios de Historia del Arte y... bueno, ya sabéis, las relaciones complejas, lo que más necesitaba era un respiro. Y Florencia ha sido justo eso: un bálsamo para el alma y una inyección de inspiración.

Así que, ¿cómo es un día típico en mi paraíso veraniego? ¡Os cuento!


6:30 AM: El Despertar del Artista (y el Periodista)

No soy de madrugar mucho en vacaciones, pero la luz de Florencia es mágica al amanecer. Me despierto con el suave murmullo de la ciudad que empieza a cobrar vida. Adrián, que tiene un horario más "periodístico" y madrugador, ya está leyendo las noticias locales con su café. Me encanta ver cómo sus gafas naranjas reflejan la luz de la mañana. Me preparo un té y me siento con él a planear el día, aunque la verdad es que aquí todo fluye sin demasiada planificación.


8:00 AM: Desayuno con Vistas y Primeros Bocetos

Bajamos a una pequeña pasticceria cerca de nuestro apartamento. Un cappuccino cremoso y una sfogliatella recién hecha son el desayuno perfecto. Mientras Adrián revisa alguna nota o busca la historia detrás de la panadería, yo saco mi cuaderno. La gente, la arquitectura, los colores... todo es una fuente inagotable de inspiración. Hago mis primeros bocetos del día, capturando la esencia de la vida florentina.


10:00 AM: Inmersión en el Arte

Esta es mi parte favorita del día. Nos perdemos por las galerías. Hoy, por ejemplo, hemos estado en la Galería de la Academia, admirando el David de Miguel Ángel. Es impresionante cómo cada músculo, cada vena, cobra vida. Adrián, con su ojo de periodista, siempre encuentra un ángulo interesante, una historia oculta detrás de cada obra. Hablamos de historia, de técnica, de la vida de los artistas... Es fascinante.


1:30 PM: Gelato y Paseo por las Calles Escondidas

Después de tanta belleza, toca un respiro dulce. Un buen gelato es obligatorio. Mientras lo saboreo, nos lanzamos a explorar las callejuelas menos transitadas. Es increíble la cantidad de rincones con encanto que tiene Florencia, lejos del bullicio turístico. Cada esquina es una postal, cada puerta un misterio.


3:00 PM: Tarde de Inspiración y Descanso

Volvemos al apartamento para descansar un poco del calor. A veces, aprovecho para trabajar en mis bocetos del día, transformando esas ideas rápidas en algo más elaborado. Adrián, por su parte, suele estar investigando para algún artículo o simplemente leyendo. Es un momento de calma, de creatividad personal, pero sabiendo que el otro está cerca.


7:00 PM: La Magia del Atardecer Florentino

Antes de cenar, nos gusta subir a algún mirador, como el Piazzale Michelangelo, o simplemente encontrar una terraza tranquila. Ver cómo el sol se pone sobre el Duomo y los tejados de la ciudad es un espectáculo. Es el momento perfecto para un buen vino local, charlar sobre el día y simplemente disfrutar del ambiente. A veces, se une alguna amiga y compartimos risas y planes futuros, lejos de cualquier misterio o complicación. ¿Te imaginas quién puede haber venido de visita?






9:00 PM: Cena y Noches sin Drama

La cena es en alguna trattoria pequeña, probando la auténtica cocina toscana. Pasta fresca, un buen ragù, y por supuesto, más vino. Las conversaciones son ligeras, divertidas. Nada de dramas, nada de toxicidad. Solo la alegría de estar en un lugar hermoso, con buena compañía.

Y así, entre arte, gelato, paseos y buenas conversaciones, mis días en Florencia pasan volando. Es un verano para reconectar con mi arte, con mi esencia, y recordar que la felicidad empieza por una misma. Aunque, claro, uno nunca sabe cuándo el pasado puede volver a llamar a la puerta... ¿verdad, Adrián? Pero esa es otra historia, y ya la descubriremos en la segunda parte en 2026.


¿Qué os parece mi día de verano? ¿Os apuntaríais a un plan así? ¡Contadme en los comentarios!

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