Inteligencia Artificial vs. Ilustradores: ¿El fin del arte con alma o la nueva revolución creativa?

ia vs ilustradores guerra o revolución

Con esta reflexión que me dispongo a compartir, me meto en el barro hasta el cuello. Pero creo que es necesario quitar hierro al asunto y suavizar un poco las posiciones tan radicales que se ven últimamente en redes sociales. Así que saca las palomitas... allá vamos.


¿Tienes alma? Mi IA sí. La guerra absurda del arte.

He trabajado como diseñadora gráfica y web desde 2013, y si hay algo que me está sacando canas, es la guerra que ha estallado entre ilustradores y quienes retocan imágenes con IA. Les acusan de "ladrones" que "alimentan a la máquina" y que esos diseños "no tienen alma". Y, con todo el respeto, creo que se equivocan. Y mucho.

Desde mi experiencia, antes de criticar algo hasta el punto de convertirlo en una cruel caza de brujas y acosar a quienes lo utilizan, es crucial documentarse e informarse. La arrogancia de opinar sin saber es el peor punto de partida. Por eso, he decidido hablar de este tema desde la perspectiva de alguien que vive de la creatividad y de la tecnología.

Y que conste que yo me he visto afectada por la llegada de la IA, sobre todo en el tema de diseño de logotipos y branding. Pero chica, es lo que hay. Toca innovar y adaptarse, en vez de llorar y quejarse.


El fantasma del pasado: la tecnología siempre genera miedo

El miedo a que la tecnología nos quite el trabajo no es nada nuevo; es una constante en la historia. Solo hay que tener un poquito de memoria.

Los luditas del siglo XIX destruían las máquinas de hilar que veían como una amenaza a su sustento. Al igual que con la IA, las máquinas no "copiaban" el trabajo, sino que lo automatizaban, produciendo bienes más rápido y más baratos. Aunque muchos trabajos se perdieron, la industria textil creció y surgieron nuevas profesiones.

Más cerca de nosotros, la fotografía asustó a los pintores de retratos a finales del mismo siglo. La cámara era más rápida, barata y "realista", pero en lugar de desaparecer, la pintura se reinventó y se liberó de su función documental para explorar el impresionismo, el cubismo y otros movimientos que se centraron en la emoción y la interpretación del artista, algo que la cámara no podía replicar. 

La IA es simplemente el nuevo capítulo de esta historia. Y sí, ha llegado para quedarse.


La verdad sobre cómo aprende la IA

Para empezar, hablemos de esa famosa "alimentación". 

La gente se imagina a un retocador con IA subiendo fotos para que la máquina aprenda. Eso es un mito. Los grandes modelos de IA, como Midjourney o DALL-E, no aprenden de nuestras fotos diarias. Aprendieron hace meses o años, analizando miles de millones de imágenes y textos. Por ejemplo, el conjunto de datos LAION-5B contiene 5.850 millones de pares de imágenes y texto. Ningún ilustrador o retocador humano podría ver ni procesar esa cantidad de información en toda su vida.

La IA no "copia" una imagen; extrae patrones matemáticos y correlaciones. Si le pides una "casa en la playa al estilo de Ghibli", no busca una imagen de Ghibli para plagiarla. Genera una nueva basándose en la arquitectura, los colores y las texturas que asoció con ese estilo durante su entrenamiento. Un ilustrador puede tardar entre 3 y 5 años o más en dominar una técnica. Una IA puede procesar y "aprender" de millones de imágenes en cuestión de semanas o meses en una supercomputadora. No es que sea "mejor"; es que su cerebro artificial funciona a una velocidad que no podemos ni imaginar.


La IA como herramienta, no como competidora

El problema no es la falta de alma de la IA, sino el miedo de los artistas a que la gente se conforme con un trabajo sin alma. Y la culpa de eso, queridos ilustradores, no es de la IA. Es del mercado.

La IA ya se usa en la industria creativa a nivel profesional. 

Estudios de efectos visuales en cine usan IA para generar multitudes de personajes o entornos complejos de manera masiva, liberando a los artistas para que se centren en los detalles más creativos. En el diseño de producto y arquitectura, empresas como Autodesk y NVIDIA están desarrollando IAs que ayudan a ingenieros a generar opciones de diseño en minutos. En marketing y publicidad, las agencias usan IA para crear 50 variaciones de un mismo banner en minutos, optimizando las campañas de forma más rápida.

La IA es una herramienta, al igual que Photoshop o Illustrator, que optimiza el proceso de diseño. 

El que solo sepa hacer una cosa es el que está en peligro. La IA no te va a robar el trabajo si tu trabajo es verdaderamente creativo. Si eres capaz de mezclar estrategia, arte y personalidad, la IA es tu aliada, no tu enemiga. El futuro no es un ilustrador contra una máquina, es un humano con una máquina contra un humano sin una máquina.


Aspectos legales: la ley en proceso

Y sí, hablemos de leyes.

En España, al ser parte de la Unión Europea, la Ley de Propiedad Intelectual (Real Decreto Legislativo 1/1996) se ha adaptado a la Directiva (UE) 2019/790, que es el marco legal que lo regula.

Un aspecto clave es la excepción de "Minería de Textos y Datos" (TDM). Esta ley permite a las entidades realizar copias de obras para entrenar modelos de IA, pero con una condición importante: los titulares de derechos pueden reservarse explícitamente ese derecho, es decir, pueden "oponerse" o "opt-out" para que sus obras no sean usadas en el entrenamiento de modelos con fines comerciales. Las grandes bases de datos de IA deben respetar este requisito, aunque el proceso para hacerlo es, en la práctica, un laberinto para muchos creadores.

Por otro lado, la ley es clara: la autoría de una obra pertenece a una persona física. Una obra creada exclusivamente por una IA, sin intervención humana significativa, no tiene derechos de autor. Pero si tú la editas, la modificas y le das tu toque personal, la ley te protege.

La ley es joven y se está escribiendo, pero la tendencia es clara: la IA es una herramienta más. Y, como cualquier herramienta, la responsabilidad no es del martillo, sino de quien lo usa.

Este es un debate que nos afecta a todos los que trabajamos en el ámbito de la creatividad. Os animo a debatir y a compartir vuestras propias experiencias y puntos de vista. No obstante, en un tema tan complejo y a menudo emocional, es vital mantener el respeto y la asertividad. Dejemos atrás el acoso y la arrogancia y abramos un diálogo constructivo. Cuéntame, tú ¿qué opinas? Te leo en comentarios.

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